Recordando los inicios.
En el año 1986, tuve la gran suerte de introducirme en este maravilloso oficio.
Tengo que recordar a mi maestro Ángel Vicente, él me dio la gran oportunidad de empezar en su taller como aprendiz de joyería. Allí empezó la historia de mi oficio.
Aprendí mucho de lo que sé, haciendo joyería y compostura. Estuve con él unos tres años y medio, en aquel taller conocí a buenos profesionales y amigos. El grabador Antonio Valentín, el joyero Antonio Palencia, Luis, el relojero.
Un taller completito, eran unos años muy buenos para la joyería.
Quería formarme y compaginé mi trabajo con los estudios de grabado, engaste y gemología en la escuela C.E.I.G en Madrid.
Allí conocí al gran maestro Alfredo Notario, el mejor gemólogo y gran amigo y al maestro Antonio Cebrián. De su mano inicié a dar mis primeros pasos en el mundo del grabado y el engaste, me enseñó una buena base de estos oficios.
Estuve tres años hasta completar los cursos. Tomé la decisión de especializarme en los oficios de grabado y engaste pero siempre conservando el trabajo de joyero.
En el taller que estaba no tenía la oportunidad de continuar mi aprendizaje como grabador, engastador y necesitaba estar con un buen profesional que me ayudara a mejorar mi nivel.
En Valladolid había pocas alternativas y en Madrid ya me ofrecían opciones de trabajo, tenía que mirar todas las posibilidades.
Gracias a mi amigo Juan Francisco, gran joyero de Valladolid, el cual me presentó al que fue mi maestro y socio durante muchos años. El grandísimo amigo y compañero, el maestro Rafael Salas, cordobés afincado en Valladolid.
Rafael me acogió en su casa como trabajador y también como uno más de su familia. Con él, aprendí mucho de lo que se, y al que siempre le estaré muy agradecido.
Estuve en su casa trabajando unos cuantos años, hasta que un día decidimos montar un negocio. Un taller con joyería “RA-DI-AN”.
Tres socios. Rafael, Ángel (mi hermano) y yo, con nuestras respectivas mujeres.
Se suele decir que asociarse tiene sus complicaciones, desde luego no es sencillo.
Hace ya unos años, después de varios cambios de ubicación y negocio, he montado un pequeño taller.
Donde camino en solitario y donde sigo aprendiendo joyería, grabado y engaste.
Pero en especial fomentando el oficio de grabador.
Gracias por leerme, un saludo.
Dimas Sánchez Moradiellos